Desafíos de las startups en materia de auditoría financiera

Desafíos de las startups en materia de auditoría financiera

Los nuevos modelos de negocio (todo tipo de startups, dropshipping, crowdlending, crowdfunding…) están vinculados a sectores muy dispares y proyectos muy diversos, por lo que cada uno de ellos está afectado por riesgos inherentes específicos. Y precisamente impulsar las auditorías en startups es una de las mejores decisiones que pueden tomar los inversores a la hora de recabar información sobre los desafíos a los que esos nuevos negocios están expuestos, especialmente en el ámbito financiero. En este sentido, sin ánimo de simplificar en exceso, hay cuatro grandes riesgos comunes a los que se enfrentan las startups, y que los auditores hemos de considerar a efectos de darles respuesta:

  • La composición accionarial:

Se caracteriza por la existencia de minoritarios, muchas veces personas físicas. Debido a ello, las startups están más expuestas a que haya falta de afinidad entre socios o accionistas, pues las motivaciones de inversión de cada uno de ellos no siempre van a estar alineadas. En consecuencia, conviene que los pactos entre los emprendedores y los inversores y/o financiadores sean transparentes y explícitos, con objeto de minimizar riesgos futuros.

Y de ello se deriva un segundo riesgo, y es que el auditor ha de contemplar la posibilidad de que no se pueda asumir directamente la premisa de la NIA-ES 320 sobre “Importancia Relativa”, cuando define a los usuarios relevantes de la información financiera de la siguiente manera:

–   tienen un conocimiento razonable de la actividad económica y empresarial, así como de la contabilidad y están dispuestos a analizar la información de los estados financieros con una diligencia razonable;

–   comprenden que los estados financieros se preparan, presentan y auditan teniendo en cuenta niveles de importancia relativa;

–   son conscientes de las incertidumbres inherentes a la determinación de cantidades basadas en la utilización de estimaciones y juicios, y en la consideración de hechos futuros; y

–   toman decisiones económicas razonables basándose en la información contenida en los estados financieros.

En consecuencia, el auditor deberá aplicar su juicio profesional a la hora de evaluar dichos riesgos, a los cuales les dará respuesta a través de la determinación de una importancia relativa global inferior, lo cual impactará directamente en el alcance de las pruebas a realizar (habrá mayor alcance y mayor cobertura), pues la importancia relativa para la ejecución del trabajo se determina por debajo del nivel de importancia relativa establecida para los estados financieros en su conjunto.

  • La estructura organizativa:

La clave del éxito del proyecto, más allá del producto y del mercado, acostumbra a estar en la figura del emprendedor, el cual dirige el desarrollo del producto o del servicio, lidera a su equipo, negocia con los inversores, busca nuevos clientes y mercados… Debido a ello, aspectos como la teneduría contable o la adecuada documentación mercantil de las operaciones, no forman parte de su día a día, pero son necesarios tanto para conseguir una presentación financieramente adecuada de su proyecto como para su realización, objetivos que los terceros le requerirán rápidamente.

En consecuencia, como riesgo de auditoría encontramos que las operaciones contables y mercantiles no siempre están bien documentadas, ni las especificidades normativas adecuadamente analizadas y evaluadas, ni los diferentes criterios y requerimientos contables adecuadamente aplicados.

A este riesgo le daremos respuesta, entre otras, tal como requiere la NIA-ES 450 sobre “evaluación de las incorrecciones identificadas durante la realización de la auditoría”, determinando el umbral por debajo del cual se considera que las incorrecciones son claramente insignificantes y no es necesario acumularlas, a un nivel inferior del que se determinaría en una empresa más consolidada y más estructurada, dado que es razonable esperar un mayor número de errores en el cierre contable.

  • Principio de empresa en funcionamiento y recuperabilidad de activos:

Según algunos estudios, 9 de cada 10 startups desaparecen. La principal razón es que por muy bueno que sea el producto, la mayoría de las veces no existe un “market-fit”, entendido como un encaje entre el producto y el mercado. De ahí que el lean-startup esté tan de moda, pues es una metodología que tiene como objetivo construir proyectos viables que consuman pocos recursos al inicio.

Todo nuevo negocio incurre en pérdidas los primeros años, hasta que se alcanza un volumen de operaciones que le permite llegar al break-even. En consecuencia, las startups requieren de reconstitución patrimonial y financiera continua los primeros años de actividad.

Si hay algo que define a las startups, es la incertidumbre. Todas las hipótesis de sus planes de negocios están sujetas a un alto grado de incertidumbre, pues los datos aún no son contrastables: ni el impacto del producto en el mercado ni mucho menos su tasa de crecimiento así como tampoco la estimación de costes, lo que impactará directamente en las necesidades de financiación y en su viabilidad futura.  De nuevo será determinante que el emprendedor sepa presentar y evaluar adecuadamente las incertidumbres, los riesgos y las oportunidades del negocio, de forma transparente y profesional. Y es determinante, porque con esos planes de negocio se pretende dar soporte a importes significativos de costes de desarrollo activados y, en ocasiones, créditos fiscales activados por las pérdidas sufridas en estas fases iniciales del proyecto.

De acuerdo con la NIA-ES 570 de “Empresa en funcionamiento”, el auditor tiene la responsabilidad de obtener evidencia de auditoría suficiente y adecuada sobre la idoneidad de la utilización por parte de la dirección de la hipótesis de empresa en funcionamiento para la preparación y presentación de los estados financieros, así como de determinar si existe alguna incertidumbre material con respecto a la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento. Es de especial importancia que obtengamos compromisos de reequilibrio patrimonial, aunque en ocasiones esto implique esperar a emitir el informe de auditoría hasta ver los resultados de la siguiente ronda de financiación.

No obstante, la NIA-ES también nos recuerda que el auditor no puede predecir hechos o condiciones futuros. Por consiguiente, el hecho de que el informe de auditoría no haga referencia a incertidumbre alguna con respecto a la continuidad como empresa en funcionamiento, no puede considerarse garantía de la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento.

Es importante recordar, que es responsabilidad y un requerimiento para la dirección, el valorar la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento por un período de, como mínimo, 12 meses.

  • Riesgo de fraude en el reconocimiento de ingresos:

El emprendedor está orientado a lograr resultados y a cumplir con el plan de negocios a través del cual ha seducido a los inversores. No obstante, desde el inicio, debe incorporar en su negocio un sistema adecuado de control interno, que le permita ser más eficiente y garantizar la calidad de la información financiera así como el cumplimiento de la legislación que le sea aplicable.  En ausencia de este control interno, puede haber tentaciones de reconocer anticipadamente ingresos y/o de anticipar márgenes, por lo que la presunción de la NIA-ES 240 sobre la existencia de fraude en el reconocimiento de los ingresos, difícilmente será refutable. Asimismo, tal como hemos comentado en el punto anterior, los estados financieros de las startups acostumbran a precisar de estimaciones contables significativas sujetas a incertidumbre, por lo que la dirección ha de realizar juicios y tomar decisiones en cuanto a la recuperabilidad de ciertos activos y a la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento; juicios y decisiones que no están libres de riesgo de sesgo por parte de la dirección y que pueden representar un riesgo de incorrección material.

A todo ello hay que añadir que, en la mayoría de los casos, los ingresos de las startups más tecnológicas están compuestos por múltiples transacciones de muy poco importe. En consecuencia, un enfoque sustantivo no acostumbra a ser apropiado, pues no nos permitirá obtener un nivel de evidencia adecuada y suficiente.

Para poder dar respuesta a dichos riesgos nos apoyaremos, entre otras, en la mencionada NIA-ES 240 sobre “Fraude”, en particular, en la evaluación del denominado “triángulo del fraude” (esto es, la evaluación de si hay incentivos o elementos de presión para cometer fraude, la oportunidad para cometerlo y la capacidad de realizarlo), teniendo en cuenta las consideraciones específicas que en la NIA-ES 240 aparecen para empresas de pequeña dimensión. También deberemos revisar las estimaciones contables en busca de sesgos y evaluar si las circunstancias que han dado lugar al sesgo, si lo hubiera, representan un riesgo de incorrección material debida a fraude.

Respecto a la composición de los ingresos, adicionalmente a la evaluación de los principios y criterios contables aplicados por la dirección, análisis de los contratos y aplicación de los procedimientos sustantivos habituales, es recomendable incorporar a expertos informáticos dentro del equipo de auditoría, con objeto de testear adecuadamente determinados controles clave de las operaciones.

En conclusión, aunque no sea obligatorio, el someter a las startups a auditoría financiera es un mecanismo que incentiva la profesionalización de estas entidades y que dota a los inversores de una fuente de información adicional para tomar sus decisiones, siempre entendiendo que el auditor no emite una opinión sobre el plan de negocios en base al cual se realizó la inversión, sino sobre las cuentas anuales formuladas por el órgano de gobierno de la entidad, es decir, si los estados financieros, en su conjunto, muestran la imagen fiel de las operaciones.

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Susana Dabán