Adaptación de las empresas a los riesgos ESG después del COVID-19
Tras la llegada del COVID-19, un número creciente de corporaciones se hacen eco de la importancia del análisis de los riesgos ESG (Environmental, Social & Governance) y la repercusión que una gestión inadecuada de estos puede suponer para sus modelos de negocio. Las compañías que ignoren estos riesgos pueden incurrir en significativos costes económicos que pongan en peligro la capacidad de obtener beneficios a largo plazo.
Esta pandemia, que actualmente supone una amenaza indudable para el conjunto de la sociedad, puede ser aprovechada como un vector de cambio hacia una economía más sostenible, replanteando la manera en la que las compañías han venido gestionando los riesgos en las últimas décadas.
El World Economic Forum lleva tiempo advirtiendo sobre la evolución de los riesgos que amenazan a las empresas, siendo los relacionados con el medioambiente, la sociedad y la gobernanza cada vez más factibles, tanto en probabilidad de ocurrencia, como en impacto, quedando esto reflejado en el último Global Risks Report publicado a principios de 2020. Este tipo de riesgos está en boca de todos pero, ¿cómo se pueden identificar, gestionar e integrar en las empresas para crear ventajas competitivas?
Esta es la pregunta que se hacen la mayoría de inversores y gestoras de activos, convencidos en orientar sus estrategias de inversión a proyectos y compañías más sostenibles. Existen múltiples formas de abordar la inversión en este tipo de proyectos, pero el análisis de los riesgos ESG asociados es siempre necesario.
El estudio de la materialidad de los impactos, el análisis de la competencia y el conocer cómo afectarán en el largo plazo son algunos de los principales elementos de análisis a la hora de entender los riesgos ESG a los que se enfrenta una compañía. Este estudio en el medio y largo plazo ayuda a las empresas a lograr ventajas competitivas dentro de su mercado, afianzando la confianza de los grupos de interés y mejorando la resiliencia ante cambios del entorno empresarial.
Cada empresa deberá hacer un ejercicio de evaluación de los riesgos ESG a los que se enfrenta y ser consciente de que integrarlos no sólo sirve para mejorar la toma de decisiones, sino también para potenciar la búsqueda de nuevas oportunidades. A pesar de que muchas empresas aseguran tener en cuenta estos criterios, ¿se están integrando los riesgos ESG de forma correcta en el modelo de gestión empresarial?
La apetencia de cada empresa hacia estos riesgos varía, principalmente, en función del sector. Según el ESG Risk Atlas de S&P, los sectores más expuestos a riesgos ambientales y sociales son el sector Oil & Gas, el minero y metalúrgico y el de la generación energética a partir del carbón. Aunque son éstos los más propensos a este tipo de riesgos, todos los sectores se ven expuestos en mayor o menor medida. Sectores como por ejemplo el químico o asegurador, enfrentan riesgos específicos entre los que destacan los relacionados con la contaminación o la creciente frecuencia y gravedad de los eventos climáticos extremos, respectivamente.
Algunos de los riesgos ambientales más comunes están relacionados con la contaminación accidental, los desastres ambientales, la creciente regulación medioambiental, así como los riesgos relacionados con el cambio climático. Reducir la huella de carbono, mejorar la resiliencia al cambio climático o potenciar las denominadas energías verdes son algunas de las medidas que establecen las compañías para mitigar estos riesgos.
A pesar de que los riesgos sociales son muy variados, estos se originan principalmente de la pérdida de confianza depositada por los grupos de interés en las empresas. Las cuestiones sociales, desde la gestión del talento hasta los derechos humanos en países en desarrollo, involucran a muchos colectivos (empleados, consumidores, proveedores o comunidades locales) y obligan a las empresas a mantener el equilibrio de las relaciones con cada uno de ellos.
Respecto a los riesgos relacionados con la gobernanza, resulta complejo identificar dónde y cómo aplicar las mejores prácticas para mejorar, o al menos preservar, los modelos de negocio de las compañías. La ética en los negocios, la corrupción, la responsabilidad fiscal o la transparencia son algunos de los elementos de análisis. La reflexión debe enfocarse en el estilo de la toma de decisiones de las empresas en el medio y largo plazo, creando valor para sus grupos de interés en lugar de decisiones laxas para salvaguardar el corto plazo. En este sentido, es fundamental que los Consejos de Administración se impliquen en la supervisión periódica de los riesgos ESG a los que se enfrenta la compañía.
Actualmente, son muchos los expertos que pronostican un cambio radical del modelo de negocio de las empresas, por lo que la adaptación será vital para mantener su continuidad en el tiempo. Para confirmar definitivamente este cambio, es necesario que los inversores sigan apostando por la transformación hacia un modelo basado en inversiones sostenibles, en lugar de primar los resultados financieros de las inversiones a corto plazo. En tiempos del Covid-19, se está observando que los fondos de inversión compuestos por compañías que gestionan adecuadamente sus riesgos ESG están siendo más resilientes que sus peers en los mercados mundiales.
¿Está tu empresa preparada para afrontar los riesgos relacionados con ESG de hoy y del mañana?