Ley de Cambio Climático: Implicaciones para el sector privado
El pasado martes 19 de mayo asistimos a la aprobación del primer Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética (PLCCTE) en Consejo de Ministros. El PLCCTE, actualmente en proceso de tramitación parlamentaria, pretende ser el instrumento necesario que permita a España alcanzar la neutralidad climática a más tardar en el año 2050. Teniendo en cuenta que nos encontramos en un contexto de reactivación de la economía frente al COVID-19, el PLCCTE marca el camino hacia la descarbonización en términos de modernización de la economía y la industria, de generación de empleo y de atracción de inversiones.
Aunque muchos sectores ya están trabajando desde hace años en este ámbito, muchas empresas que no están anticipando estos cambios regulatorios encontrarán dificultades para poder cumplir con lo planteado en este Proyecto de Ley.
España, por sus características geográficas y socioeconómicas, se enfrenta a importantes riesgos derivados del cambio climático que pueden impactar de forma directa o indirecta sobre un extenso conjunto de sectores económicos y esto cada vez preocupa más a inversores y reguladores. Es por ello enormemente necesario llevar a cabo un proceso de identificación y anticipación ante posibles situaciones que puedan poner en riesgo la sostenibilidad del sector privado.
Adelantarse a la aprobación de la futura Ley será clave para establecer un marco de gestión y comunicación capaz de aprovechar las oportunidades que generará.
En este sentido, el PLCCTE establece, en materia de divulgación de información no financiera, a las empresas cotizadas, entidades de crédito, entidades aseguradoras y reaseguradoras y sociedades por razón de tamaño, la obligatoriedad de presentar un informe de carácter anual en el que se haga una evaluación del impacto financiero de los riesgos asociados al cambio climático generados por la exposición de su actividad, incluyendo los riesgos de la transición hacia una economía sostenible y las medidas que se adopten para hacer frente a dichos riesgos financieros.
Porque ya no se trata únicamente de explicar qué están haciendo las compañías para mitigar o adaptarse al cambio climático, sino de explicar también cómo afecta este sobre los resultados financieros de las organizaciones.
Este informe, muy en línea con las recomendaciones del Taskforce on Climate Related Financial Disclosures (TCFD), deberá incluir los siguientes aspectos: gobernanza, estrategia, impactos reales y potenciales de los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático, el impacto de éstos sobre la planificación financiera y estratégica y las métricas, escenarios y objetivos. En relación a este último punto, según el PLCCTE, las entidades financieras deberán además publicar objetivos específicos de descarbonización de su cartera de préstamo e inversión alineados con el Acuerdo de París a partir de 2023.
Esto supone una gran oportunidad para las empresas al ofrecer la posibilidad de cubrir las expectativas de información relacionadas con las implicaciones financieras del cambio climático de inversores, reguladores, supervisores, clientes y otros grupos de interés, pudiendo ser de gran utilidad en su toma de decisiones.
A fin de cuentas, esta propuesta pretende abordar los riesgos que el cambio climático pueda tener en la estabilidad financiera en el contexto de la economía, reconociendo las implicaciones positivas de la gestión de riesgos climáticos en una senda hacia la creación de valor a largo plazo.
Informarse, utilizar marcos reconocidos internacionalmente y anticiparse serán elementos esenciales para aprovechar las oportunidades que generará. No hacerlo podrá suponer grandes dificultades para su cumplimiento en compañías cuya madurez en la gestión de riesgos no financieros todavía no incluye aspectos climáticos.