La revolución de las nuevas tecnologías en el sector del transporte: cinco factores clave
La manera en la que las personas y las mercancías se desplazaron y se transportaron a lo largo de 2020 sufrió un importante cambio. Sin duda, la pandemia generada por la covid-19 fue una de las causas que motivó esta transformación de la movilidad durante el año pasado, pero existen otros factores que también influyen en este cambio.
El 5G y las nuevas tecnologías en movilidad
El 5G supone un gran avance para la movilidad y la conectividad: la rapidez y fiabilidad de los datos que esta tecnología proporciona abre las puertas a posibilidades como son los coches sin conductor o las ciudades inteligentes, con calles y vehículos completamente conectados. De hecho se estima que, para 2025, el parque automovilístico tendrá unos 500 millones de vehículos conectados que, en el año 2030, alcanzará un valor de decenas de millones de dólares.
La densidad de conexión mejorada que ofrece el 5G es esencial para el desarrollo del Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés, Internet of Things), cuyos sensores y transmisores integrados permiten que los objetos se comuniquen entre sí.
De ahí que la aplicación del 5G a la movilidad también pueda hacer que la conducción sea más segura, actuando directamente en la prevención de accidentes y, también, en salvar vidas. Pero, además de impulsar una movilidad más inteligente, el 5G también puede puede potenciar una movilidad más sostenible.
En este sentido, según un estudio de Bosch, en 2025, los coches conectados podrían evitar unas 400.000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono, el equivalente a las que producen en un año 45.000 hogares. Un logro posible gracias a una optimización del uso del combustible al evitar largas esperas en la búsqueda de aparcamiento o al cambiar los hábitos de uso del combustible por otros más eficientes.
La importancia de los datos en la última milla de la entrega
Durante la pandemia, las compras online ha crecido notablemente generando una presión en el sector del transporte y la logística que, lejos de ser puntual, parece continuar incrementándose.
Como respuesta, las empresas logísticas están experimentando nuevas maneras de ofrecer sus servicios a través del uso de datos, la utilización de drones y/o la aplicación de nuevos modelos comerciales. El objetivo de estas compañías es satisfacer la demanda de los clientes, con volúmenes de entrega cada vez más crecientes, pero también reducir sus emisiones contaminantes.
La última milla es la fase más desafiante, complicada y competitiva a la hora de entregar un producto. En algunos casos, este último tramo supone más del 50% de los gastos de las empresas de transporte, por lo que es fundamental optimizar al máximo esta parte del proceso, en la que el uso y el análisis de datos puede aportar un gran valor.
Una buena utilización de los datos
En los últimos años, la capacidad de captación de datos ha mejorado muy rápidamente. En el sector de la movilidad, esta recopilación de información se lleva a cabo desde las webs o aplicaciones móviles o desde el hardware de coches y aviones.
Las empresas de transporte y logística deben asegurarse que están llevando a cabo una buena utilización y gestión de estos datos puesto que manejar de manera inadecuada tal cantidad de información puede convertirse en perjudicial.
Es esencial que estas compañías del sector de la movilidad inviertan en el almacenamiento inteligente de datos, utilizando y aprovechando aquellos sistemas repositorios que sirven de fuente de información para los científicos especializados en esta materia, quienes se encargarán de investigar y desarrollar nuevas funcionalidades e innovaciones.
La revolución de la robótica de software
La aplicación empresarial de la robótica de software está permitiendo que las empresas agilicen los procesos y reduzcan los costes, facilitando que los profesionales se puedan dedicar a otras actividades de mayor valor añadido. En consecuencia, cada vez es más frecuente que la robótica de software se aplique para apoyar tareas de back office, favoreciendo las funciones operativas y de front office.
Por ejemplo, la implantación y uso de chatbots para responder consultas identificadas como frecuentes entre los clientes libera a los profesionales de tener que atender dudas similares constantemente favoreciendo, de este modo, un mejor servicio de atención directa al usuario a la hora de gestionar problemas más complejos.
De cara a los próximos años, es probable que el desarrollo de la robótica de software pase de optimizar las funciones de back office a permitir formas totalmente nuevas de movilidad.
Cómo hacer realidad el transporte del futuro
A medida que la industria de la movilidad experimenta y explora nuevas oportunidades, con la finalidad de dar los pequeños pasos que permiten alcanzar grandes avances, tanto las empresas como los responsables políticos han de trabajar en crear demanda para estos nuevos servicios, además de prepararse para responder a las corrientes críticas.
Este es el caso de la propulsión de hidrógeno, cuyo uso se estima que podría reducir el impacto ambiental de los aviones entre un 75% y un 90%, objetivo marcado por el Airbus ZERO para 2035.
Sin duda, estas nuevas tecnologías en el transporte suponen una gran oportunidad para contribuir a la protección medioambiental y mejorar el bienestar general puesto que ecosistemas de movilidad más eficientes significan menos tráfico, con una consecuente reducción de estrés, ruido y peligro.
En Mazars, estamos analizando la evolución de estas nuevas tecnologías, qué están impulsando el cambio en el conjunto del sector de la movilidad. Consulta nuestra campaña Reinventando la rueda y conoce más sobre esta transformación. Se trata de un cambio basado en la forma en la que los sectores de la automoción, la industria aeroespacial, el transporte y la logística pueden innovar y crecer en un entorno dominado por la necesidad de reorientar las economías, con el objetivo de que sirvan a más personas a descarbonizar, a adaptarse al cambio climático y a mejorar la resistencia frente a los virus, las amenazas cibernéticas y otras fuentes de fragilidad.