La necesidad de Consejos de Administración comprometidos

La necesidad de Consejos de Administración comprometidos

Los Consejos de Administración deben afrontar cambios que se suceden cada vez con más rapidez, pero, al mismo tiempo, tienen que mantener su enfoque en la creación de un crecimiento y éxito sostenible y a largo plazo.

Deberíamos ser prudentes al pensar que vivimos en un periodo de cambios sin precedentes. Una prueba contraria de ello es la Revolución Industrial, la invención del teléfono y la electricidad, el descubrimiento de los antibióticos o la revolución tecnológica, incluyendo la revolución de las “.com”. Los avances sociales, políticos, económicos y tecnológicos afectan a cada generación.

Sin embargo, no hay grandes dudas sobre que el pasado año ha sido un ejercicio de grandes cambios sociales y políticos en el mundo occidental y cuyo impacto global no se conocerá durante cierto tiempo.

Además, estas trasformaciones están vinculadas al rápido desarrollo tecnológico, que está cambiando la manera de hacer negocios, acelerando su ritmo y la forma en que se comunican sus éxitos—y, lo que posiblemente sea más significativo, sus fracasos.

Por tanto, ¿cuáles son las implicaciones para los Consejos de Administración de empresas cotizadas y de otras entidades? Sin duda alguna, la gestión de riesgos debe ser una prioridad en las agendas de los Consejos, como ya viene sucediendo desde hace algún tiempo. Sin embargo, los Consejos deben revisar, y quizás reconsiderar, cómo actúan colectivamente durante los momentos de crisis y/o profundos cambios, ya sean en su empresa o a nivel de mercado.

Necesitamos Consejos para todas las estaciones, no sólo para los “buenos” tiempos. En momentos difíciles, cuando las empresas navegan en mares tormentosos, la forma en que el Consejo de Administración y la Dirección ejecutiva trabajan conjuntamente debe evolucionar.

La paradoja es que algunos de los Consejos mejor estructurados y organizados en los buenos tiempos tienen las mayores dificultades en los momentos más difíciles. Para los Consejos, nunca es fácil tener una visión crítica sobre cómo adaptar sus propios comportamientos. Pero lo cierto es que eso es exactamente lo que deben hacer y, si es posible, se debe hacer antes de estar en el ojo del huracán.

 

Tipos de Consejos de Administración

Esencialmente, hay cuatro grandes tipos de Consejos de Administración, en base al “mix” de su actitud frente a los retos que los que debe hacer frente y el apoyo en la toma de decisiones, todo ello como pilares esenciales de su propia cultura. El objetivo es ser un “Consejo Comprometido”, en el que ambos aspectos se dan al más alto nivel.

Desafortunadamente, no todos los Consejos están “comprometidos”.

Algunas empresas tienen Consejos cómodos, en los que los miembros son reacios a aceptar que ocurre un cambio o que la crisis puede ser inminente. Son lentos para comprometerse con las dificultades o para contraponerse a la Dirección, lo cual, probablemente, conlleve problemas para hacer frente al riesgo y, por consiguiente, finalmente terminen como una langosta en una olla que se calienta progresivamente, no dándose cuenta del peligro hasta que es demasiado tarde.

Otros ofrecen un bajo nivel de apoyo a la Dirección ejecutiva, lo que puede provocar una cultura de reproches y comportamientos defensivos por parte de éstos, limitando la implicación del Consejo en temas importantes— En ese caso, estaríamos ante un “Consejo de Nosotros y Ellos”.

Y, probablemente, el peor escenario es el “Consejo Semi-desvinculado”, incapaz de aportar un mínimo compromiso, funcionando de hecho con el piloto automático con la correspondiente falta de contrapeso del equipo ejecutivo, y con la pérdida de oportunidades para ayudarles a desarrollar el negocio con éxito.

 

Preguntas difíciles

Muchos Consejos consideran que están plenamente comprometidos, pero deberían hacerse algunas preguntas críticas. ¿Se basa esta imagen positiva en un sólido análisis de los elementos claves del compromiso, y se comparte con todos los miembros del Consejo? ¿Dedican suficiente tiempo a valorar el tipo de cultura que aplican en la práctica? ¿Se hacen preguntas difíciles – y son honestos consigo mismos en sus respuestas?

Aunque son de vital importancia, las estructuras y procesos formales no son suficientes por sí solos para hacer que un Consejo esté comprometido.

Lograr la adecuada combinación de estructuras y procesos formales que contribuya a alcanzar una cultura saludable en el Consejo es quizás el área de mayor debate en los códigos de gobierno. Es decir, ayudar a garantizar que las agendas incluyan los asuntos correctos en cada momento, con la apropiada información disponible para su debate y toma de decisiones.

Pero, aunque son de vital importancia, las estructuras y procesos formales no son suficientes por sí solos para hacer que un Consejo esté comprometido. Deben recibir el apoyo y las iniciativas informales necesarias fuera de la sala del Consejo, siempre que los Consejeros no ejecutivos (NEDs, Non-executive directors, por sus siglas en inglés) puedan ofrecer la combinación óptima de actitud frente a los retos y apoyo, y para crear relaciones positivas con sus colegas del Consejo de Administración. Normalmente, incluyen:

  • Tiempo para que los miembros del Consejo se conozcan más allá de la formalidad de las Juntas del Consejo, por ejemplo, en comidas/cenas antes o después de las reuniones;
  • Los NEDs deben conocerse y debatir cuestiones empresariales, especialmente en sus áreas de especialización, con los miembros senior por debajo del nivel del Consejo;
  • Promover oportunidades para que los NEDs vean diferentes partes de la empresa mediante visitas planificadas, posiblemente con reuniones complementarias; y
  • Debates, si aplica, en los que participen los NEDs y los miembros del Consejo de Administración.

 

Estos procesos informales tienen una función esencial en la creación de fuertes relaciones entre los administradores y los NEDs, que estén basadas en la franqueza y la confianza. Con ello se puede reforzar enormemente la capacidad de adaptación del Consejo y su habilidad de hacer frente eficientemente a situaciones difíciles, dado que estos escenarios hacen que, en momentos de gran presión, el Consejo sea capaz de trabajar como un equipo eficaz.

 

Claros beneficios

Son claros los beneficios de ser un Consejo Comprometido: gran éxito en innovación y nuevas oportunidades; presentarse como el ejemplo correcto para el resto de la empresa; mejorar en la toma de decisiones; y un enfoque sólido y ágil sobre la gestión de riesgos que, como hemos indicado, es particularmente valioso a la hora de la verdad.

Cuando la única constante es el cambio, con una incertidumbre significativa en la actividad del mercado, los Consejos deben ser ágiles para centrarse simultáneamente en las oportunidades y los riesgos, y para responder con eficiencia.

Tener éxito en un mundo de cambios complejos, en el que las reputaciones, cuya construcción ha llevado décadas, pueden desecharse en minutos, queda en las manos de Consejos Comprometidos que adaptan sus comportamientos según las condiciones actuales del mercado, manteniéndose siempre fiel a sus propósitos y valores.

Al responder a las situaciones emergentes, confrontarán los problemas que requieren una respuesta inmediata, pero de forma que se mantenga su compromiso a crear un éxito sostenible a largo plazo en beneficio de todas las partes interesadas y de la sociedad, en vez de rendirse a la maximización del valor a corto plazo para los accionistas y de buscar la solución rápida que deja de lado los problemas subyacentes.

¿Fácil? No, pero sin duda alguna es la mejor forma de desbloquear el potencial global de sus equipos; construir una relación duradera con sus clientes y con toda la sociedad; y garantizar que no sólo sobrevivan, sino que prosperen en un mundo en constante cambio.

 

¿Cuenta con un Consejo Comprometido?

  • ¿Está alineado su Consejo con un propósito y valores claros?
  • ¿Cuenta su Consejo con la combinación correcta de capacidades, experiencia y personalidades? ¿No hay eslabones débiles? ¿Existe una buena planificación en los planes de sucesión?
  • ¿Hay suficientes reuniones y son de correcta duración? ¿Contribuye el presidente y los NEDs en la agenda? ¿Existe información de gestión de alta calidad? ¿Hay buenos debates del Consejo y se toman decisiones claras con acciones para seguimiento?
  • ¿Es eficaz el Presidente? ¿Existe una relación equilibrada entre el Presidente y el Director general?
  • ¿Hace el Consejo frente rápidamente a las situaciones?
  • ¿Mantienen los NEDs relaciones francas y de confianza con la Dirección ejecutiva y el personal senior? ¿Hay un buen acceso a ellos fuera de las reuniones del Consejo?
  • ¿Invierten los NEDs suficiente tiempo en sus funciones y entienden la “real” cultura corporativa de la empresa?

 

Artículo publicado originalmente en Board Agenda.
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Juan Luque