Sistema financiero: cuatro factores estratégicos para mejorar el rendimiento financiero de tu negocio
En un sistema financiero complejo como el actual, realizar una aproximación realista para medir y mejorar la situación financiera de tu negocio puede convertirse en un verdadero desafío.
Para ello, resulta fundamental diseñar una serie de medidas estratégicas alineadas con un conjunto de indicadores clave de desempeño (KPI, por sus siglas en inglés: Key Performance Indicators) que, vinculados a los estados financieros, permita arrojar claridad sobre cómo impactan de manera individual en el resultado final y dónde se pueden realizar mejoras.
A la hora de revisar el rendimiento financiero de tu compañía, estos cuatro factores estratégicos son claves en el sistema financiero actual:
Refuerza los KPI
En el sistema financiero en el que vivimos cada vez es más importante tener en cuenta una cultura de gestión del cambio. Su implementación complementa los estados financieros de la empresa, así como el análisis de los clientes, productos o servicios, pero también de las regiones y países en los que opera la compañía.
Construir una imagen lo más detallada posible de los márgenes de beneficio permite identificar qué clientes, productos, servicios y localizaciones son más rentables y, al contrario, cuáles son los que tienen un impacto negativo en los resultados finales. Motivos por los que la transparencia y la claridad en los datos son muy importantes.
En consecuencia, un planteamiento y aplicación de KPI más prácticos ayudan a asignar partidas presupuestarias con una mayor precisión. Además, proporcionan una idea más clara de lo que demanda el sistema financiero actual y los impulsores clave para lograr a largo plazo los objetivos financieros en base a los objetivos estratégicos de tu compañía.
Es clave en el sistema financiero actual ampliar la visión estratégica
Tener una visión amplia del sistema financiero actual permite identificar oportunidades para impulsar el rendimiento financiero desde una perspectiva sostenible. Resulta fundamental reconocer qué experiencias y procesos mejoran la satisfacción de las necesidades de nuestros clientes, lo que lleva a orientar la oferta de productos y servicios de una manera más eficaz.
En este sentido, tener una visión a largo plazo permite invertir en nuevas tendencias, como pueden ser la digitalización o la robótica, así como a prestar más atención a la experiencia de usuario. Estas medidas estratégicas pueden llegar a ser más rentables, y por lo tanto aportar un mayor rendimiento financiero, que aquellas que se enfocan en una estrategia de ventas a corto plazo y que, pueden estar dirigidas a un mercado que se encuentra estancado.
La subcontratación también ayuda a incrementar los resultados financieros. Delegar en otras compañías las funciones que tienen un valor estratégico bajo para tu empresa, así como aquellas en las que no se tiene experiencia, mejorarán la eficiencia operativa y el posicionamiento en el mercado al permitir enfocarse en las actividades propias de la empresa.
Gestión de riesgos y compliance en el sistema financiero
A la hora de elaborar una estrategia de gestión de riesgos hay que tener en cuenta que existen riesgos más allá de los financieros o los de liquidez. Con la finalidad de proteger a tu compañía e impulsar su rendimiento, hay que diseñar una estrategia que también contemple otro tipo de riesgos empresariales, como pueden ser los fiscales, los normativos o los relacionados con los factores ESG.
Identificar y atribuir el nivel de riesgo que corresponde a cada elemento permite construir una imagen real y adecuada de su gestión particular, lo que lleva a evaluar qué es lo que funciona y lo que no. Una valoración que ayuda a tomar medidas y decisiones adecuadas al respecto.
Solo se puede gestionar lo que se puede medir
Contar con un sistema financiero preparado para gestionar, supervisar y medir con regularidad las acciones y los KPI aporta transparencia al modelo de negocio y una mayor precisión a los indicadores del rendimiento financiero. Por ello, aplicar soluciones tecnológicas que faciliten y mejoren su análisis es, cada vez, más necesario.
Al trabajar con socios de confianza se crea una cultura empresarial que permite, tanto a los ejecutivos como a los profesionales, comprender cuáles son los impulsores clave del rendimiento y, también, establecer una vinculación mayor con los objetivos comerciales. Es aconsejable que esta cultura también se extienda al programa de incentivos en relación al rendimiento de una manera justa y transparente.
Cuando las empresas mejoran las estrategias de rendimiento financiero, pueden establecer una hoja de ruta en la que se relacionen de manera más estrecha los objetivos comerciales con las medidas de rendimiento generando el impulso necesario para intensificarlo.