La necesidad de un programa coherente entre reguladores, supervisores y legisladores

La necesidad de un programa coherente entre reguladores, supervisores y legisladores

Con la línea marcada por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en París el pasado abril, en las prioridades regulatorias de EBA se encontrará la preparación del trabajo de transposición de los últimos acuerdos de Basilea III. Tras un estudio cuantitativo y cualitativo, la Comisión esperará su opinión  a partir de junio de 2019. Además, en el contexto de los mandatos de la EBA sobre los textos de nivel 2, la máxima prioridad es la finalización de la revisión de los modelos internos de riesgo de crédito (IRB), junto con todas las futuras solicitudes relacionadas al RRM (medidas de reducción de riesgos),  package legislativo (tratamiento de software y finanzas sostenibles,  operatividad del riesgo de mercado, etc.) . Desde un punto de vista general sobre los modelos internos, el sector requiere una mayor consistencia entre las correspondientes agendas de EBA, el BCE (TRIM ejercicio) y la Comisión (transposición de la finalización de Basilea 3) en sus respectivas agendas.

Las Elecciones Europeas del 26 de mayo supondrán la renovación del Parlamento y la Comisión Europea y, por tanto, una nueva agenda legislativa. Previamente, los legisladores deben dar prioridad al trabajo a ser finalizado. Por tanto, como muy tarde en abril de 2019, se deberá adoptar el paquete RRM (incluyendo la transposición de las normas internacionales adoptadas entre 2013 y 2017, y la nueva norma para el provisionamiento de los NPLs). Estas disposiciones deberían permitir  a los bancos fortalecer aún más su solvencia y liquidez. Adicionalmente, la delicada cuestión del sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS, en inglés), el tercer pilar de la Unión Bancaria, podría recibir un nuevo ímpetu. Sin embargo, para evitar riesgos morales, recientemente, los Estados Miembros han declarado su deseo de continuar sus discusiones tras la fase de evaluación. Entre otras prioridades de este final del periodo legislativo encontramos el marco regulatorio y de supervisión de las firmas de inversión, la armonización y supervisión del mercado de bonos garantizados, y la reforma de las autoridades europeas de supervisión (ESAs), que supondrá el otorgamiento de nuevos poderes a EBA en el área del blanqueo de capitales y la financiación terrorista.

Adicionalmente, tras su nombramiento como nuevo Presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria tomó las riendas del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), desde el 2 de enero de 2019. Se espera que el MUS profundice en temas importantes, particularmente en la supervisión de la implementación de la NIIF 9 y en el refuerzo de las prácticas de gobernanza. Andrea Enria ha destacado que la principal prioridad será “completar la limpieza del sector bancario”. En particular, el MUS ya ha anunciado la aplicación de los niveles mínimos de provisionamiento para los NPLs, no sólo para los préstamos nuevos, como anticipaba la Comisión, sino también para los préstamos que ya mantienen los bancos, lo cual representa una preocupación particular para el gobierno italiano.

Asimismo, el MUS permanece alerta sobre el financiamiento apalancado, dado el contexto económico: el creciente endeudamiento de las empresas no financieras, el riesgo de burbuja del sector inmobiliario residencial o comercial en algunos países, en un contexto de condiciones monetarias más restrictivas a medio plazo. El apalancamiento observado en ciertas transacciones sugiere un riesgo de crédito significativo para los bancos, y el MUS prestará una atención particular a los criterios de concesión de los préstamos. En general, el riesgo de tasa de interés sigue siendo un tema sensible para la mayoría de los bancos.

Por otra parte, en 2019 se completará la revisión específica de los modelos internos (TRIM)[1]. También, tras la publicación de las expectativas de supervisión para los procesos de evaluación de la adecuación del capital y liquidez interna (ICAAP/ILAAP) , los bancos necesitarán continuar sus esfuerzos para reforzar estos procesos sobre la base de enfoques internos sensibles:           “ ICAAP/ILAAP no debe ser un CAAP  Regulatorio)”, dijo Danièle Nouy antes de abandonar el MUS. Adicionalmente, en febrero de 2019, entró en funcionamiento un nuevo test de estrés a muy corto plazo – “LiST” –, con el fin de apoyar la evaluación cualitativa de la gestión de liquidez junto al ILAAP.

Sin entrar en gran detalle, no podemos dejar de citar dos temas que el BCE incluye en su agenda: la supervisión de los activos líquidos y los riesgos relacionados con los sistemas de la información y las nuevas tecnologías (riesgo ICT).

En cuanto a la resolución, la Junta Única de Resolución (JUR) amplía su perímetro a un segundo círculo de bancos para establecer requisitos mínimos para los fondos propios y pasivos elegibles, el conocido como MREL. También es necesario observar de cerca los nuevos mecanismos de apoyo a los bancos del gobierno italiano y el desarrollo del régimen de recapitalización interna sobre el que el regulador ha estado trabajando durante los dos últimos años, incluyendo las revisiones del BRRD y el SRMR[2] como parte del paquete MRR.

[1] Durante 2019, se completará el TRIM.

[2] Directiva de Recuperación y Resolución de los Bancos, Regulación del Mecanismo Único de Resolución.

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Carlos Marcos